Una tarde de su vida
me dio la oportunidad
para recorrer con mis labios
un camino de rubor sobre su piel
ese día hallé refugio entre sus brazos
y muy cerca de su corazón
no tuve empacho
de volverme infante por segunda vez
En la penumbra que antecede
el manto de la negra noche
un arcoiris brilló en la diáfana
profundidad de sus pupilas
y en sus oídos alcanzó el delirio
un ramo de besos
en sus párpados caídos
acabó por convencerla
y nuestros cuerpos se volvieron uno
por primera vez
por primera vez
la invitaron a dormir
y yo le acompañé en sus sueños
hasta que juntos nos sentamos
en los cuernos de la luna
Debo confesarle un secreto
usted me enseñó una forma diferente
de decir te quiero
y me llevó de nuevo a sentir amor
Usted no es de esos amores pasajeros
que en verano se encuentran
y en una noche fría de invierno
se cambian o se olvidan
No es la primera a quien yo quiero
pero estoy seguro que será la última
prometí quererla mientras viva
desde entonces suyo soy
y sigo empeñado en mi palabra
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