Cuando ya no esté en esta tierra mía,
cuando mis ojos no contemplen más
el profundo azul de los océanos
y el canto de las aves
no conmueva más mi corazón.
¿Qué pensarán los que de mí
un día se alejaron,
aquellos que nunca hallaron
en mi amistad una razón?
Cuando ya no esté en esta tierra mía,
cuando mis manos frías estén
y en mi pupila el horizonte
traspase el infinito.
¿Qué pensarán los que de mí
un día se burlaron
y aquellos por quienes yo di
hasta el último centavo?
Cuando ya no esté en esta tierra mía,
y el acento de mi voz
se pierda en el silencio de una cripta.
¿Qué pensarán mi amigos
mis hermanos
y aquellos que un día conocí?
Cuando ya no esté en esta tierra mía,
cuando en mis labios no se dibuje una sonrisa
y no haya más noches de cómplices secretos
que mi corazón llenaron de dulce dicha.
¿Qué pensará la novia mía
cuando se acueste sin la promesa
de un nuevo día
y en mi pupila ahora inerte
ella no esté?
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