(Dedicado a mi amiga Clau Nieves )
Conozco a una mujer a quien mis ojos jamás han visto
y sin embargo,
en su semblante tiene la expresión más dulce y tierna
que he mirado.
Si habla me hace reír con su ingenio
porque tiene la gracia de un querube
y la ternura le brota cual manantial de sus divinos labios.
Conozco a esa mujer de quien su voz nunca he escuchado
y sin embargo,
cuando habla dice palabras que fascinan
porque le vienen del alma
y su alma es sencilla y espontánea
como el trinar de un ave.
como el trinar de un ave.
De esa mujer cuyas manos nunca he tocado
percibo el calor y ternura de hermana;
me he vuelto confiado a su abrigo
y en su amistad me encontré un tesoro divino.
Ella es una mujer de singular belleza,
de sangre latina y piel morena clara.
Una mujer que estando lejos
tiene el poder de habitar mis pensamientos
y siendo suyo,
tiene la gracia de darme alas para volar junto de ella.
Una mujer llena de encanto
que cuando me habla tiemblo
que cuando me habla tiemblo
y hace brotar del corazón un caudal
de hermosos sentimientos.
de hermosos sentimientos.
Esa mujer que yo conozco no tiene dimensión;
no sé dónde ni cuándo empieza a acompañar mi vida
pero llena mi espacio del aroma sutil de su recuerdo.
Esa mujer tiene el don de estar siempre conmigo,
aun cuando fluye como el viento, cosmopolita;
viajera del espacio y también del tiempo,
sin límites ni ataduras;
apenas huésped de la fantasía
que gobierna mi atrevido anhelo.
Conozco a esa mujer desde hace mucho
y desde hace poco,
y desde hace poco,
pero ha estado siempre ahí, como un ideal,
tal vez suspiro;
tal vez suspiro;
quizás como el más grato sueño.
Esa mujer, de dulce risa y sensual acento;
de elegante porte y delicado perfil,
brota de sus pasos como vara de azucena,
esparce su esencia cual fino ungüento
sobre mis cansados hombros
y brinda consuelo a mis más aciagos días.
Es mi amiga fiel y yo le correspondo en ese viaje
donde somos alas de un mismo sueño,
donde palpitamos en un solo sentimiento.
Aunque ella bien lo sepa,
aunque yo también comprenda
que nos conocemos sólo en imágenes
y por pequeños textos en los que plasmamos
nuestra esencia que admiramos tanto.
Ella es una mujer que estando lejos
cada día se acerca más a mí,
se mete en mi piel para confortarme
y se arraiga a mi pensamiento para darme ánimo.
Porque esa mujer a quien conozco
es para mí un ángel que vino del cielo
a hacerme feliz con su presencia
y a llenar mi mundo de esperanza y sueños.
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