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sábado, 26 de enero de 2013

Soñar contigo




Dormido,
entre el  sopor
de un tórrido sueño,
fue tan intenso el calor
que desperté con la intención
de continuar mi sueño contigo.

Empapar el cuerpo con besos y caricias
hasta sentir las uñas rasgar la piel,
hacer trizas los sentidos,
provocar risas y gemidos.

Tu  magia entre mis venas
hace de mi sangre miel.
No quiero despertar,
no quiero dormir
si es que sueño contigo.

Yo no sé si es un premio
o tal ves  un castigo;
tu onírica presencia 
mitiga  penas,
tu viejo recuerdo 
motiva  poemas.

De día y de noche
siempre un sueño
me acompaña,
o quizás el sueño y tú
sean lo mismo.
No lo sé,
yo sólo quiero soñar contigo.

Y dormido
llega tu voz
para despertarme del letargo
en que he caído,
me llega tu voz
hasta el fondo del vacío
donde yace desde mucho
el corazón.

Quiero abrir los ojos,
alzar las manos para asirte
pero es imposible despertar.

Y dormido llega tu voz
como llovizna  pertinaz
y luego es  un alud
que sepulta mis sentidos.

Entonces viene a mí
otra imagen más real,
un mar de arena
azota mis ojos
y una montaña de sal
cubre mis labios,
cauteriza las heridas
que mis dientes apretados
flagelaron.

Despiértame
ya no quiero soñar contigo,
prefiero vivir la realidad
aunque duela saber
que sólo eres un sueño
cuando estás conmigo.


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