Lo único
que no regresa,
que no se
detiene,
que solo
una vez pasa.
Te lo he dado
sin que te enteres,
sin que lo
sepas,
sin que lo
aprecies.
Ha sido así
desde que
te vi por vez primera.
Ha sido una
medida
cuyos límites
nunca propuse
con un
punto de inicio y un final,
y en él
reuní lo más importante
para
agradarte: Pensamientos,
sentimientos,
emociones;
palabras,
escritos, atenciones.
Mi tiempo
es la medida
para
valorar tu presencia en mi vida.
He sido
feliz solo por conocerte
pero a pesar
de todo me doy cuenta
que la vida
pasa sin que nada pase
y realmente
en todo este tiempo
han sido
más que vivencias, recuerdos.
Cree un
mundo de fantasía;
no es la
realidad.
Mi tiempo
se va en pensarte
cuando
lejos te encuentras,
no sabes
siquiera que existo
y cuando te
escribo
simplemente
me lees
pero nada
tienes qué decirme
porque soy
un extraño en tu vida.
Ya es
tiempo de mirar en otra dirección,
que mi
mundo tenga otra medida.
Tu recuerdo
llena mis horas
mas no las
tuyas;
soy nadie
en tu vida,
no tiene
caso que siga
intentando
ganar tu atención.
No te
importo,
nada hay que
te haga pensar en mi.
Nacimos
fuera de ese paréntesis en que dos vidas
se
encuentran y se aman
se ansían y
se entregan
sin medida.
No tenemos
nada en común,
la
distancia y el tiempo
entre tu y
yo
nos separó
desde antes de nacer,
si nos
encontramos caminando por la vida
solo fue un
cruce
y no tenía
porqué fijarme en ti.
No me
arrepiento
pero duele tu indiferencia.
Te
comprendo,
no te puedo
obligar a que dediques
un tiempo
para mi.
Por eso
mejor me voy,
te dejo,
fue hermoso
saber de ti,
que te vaya
bien,
porque ya es tiempo de pensar en mi.
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