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martes, 4 de marzo de 2014

Inspiración divina




Llegó como un huracán
arrastrando su celo entre el océano
y las blancas dunas del arenal

Con toda su fuerza
sobre la piel curtida de sol
piel de exquisita tersura
apenas cubierta de espuma
entre  olas de azul turquesa
y profundo mar

Llegó para escribir las fantasías
sin preocupación de formas
bastaba ser original
dejar fluir los sentimientos
encauzarlos desde su origen
atravesar el corazón
recorrer los brazos
hasta la punta de los dedos
y en ese preciso instante en que
salieran hechos versos
recogerlos como un puñado de flores
para cubrir tu inmaculada desnudez

Llegó de pronto con solo verte
un torbellino entre mis sienes
tinta indeleble  vertida en tus encantos
guturales palabras rompiendo el recato

Voy donde tu pasos me llevan
vértigo de lluvia y viento  
envuelvo esa cintura tuya
con los labios sedientos
convertido en besos me enredo
en la punta de tus sueños

No existe horizonte donde nazcas predecible
no hay  punto de convergencia ni predicción
menos  metáforas confusas
para referirme a tu belleza

Tan simple como escribir con el deseo
deslizando las manos sobre el contorno
de tu cuerpo
así  entretejemos nuestra historia
un nuevo libro de la vida
sin rimas ni acentos

Deseos que no respetan la tradición
impulsos que se vuelven tormentas
fluidos  instintos que desmienten lo ya escrito

Hay un punto en el tiempo
en el que ninguno de los dos
tenemos plena conciencia uno del otro
coyuntura que absorbe la pupila
dentro de la otra
nos vemos incompletos
solo una parte
quizás  uno solo
tal vez ninguno

Es en ese instante cuando
la inspiración nos llega
como ardiente lava
metamorfosis pétrea
escurriéndose por tus laderas
dejando al rojo vivo
una estela de cenizas
con divino olor a carne viva


Tus uñas escriben en mi espalda
una red indescriptible de emociones
mis manos labran en tus caderas
una ruta nueva para escalar hasta el delirio

De este modo se olvidan
las divinas promesas
los castigos eternos
la palabra se transforma en silencio
y el silencio nos susurra en el oído
cuánto nos queremos


Que  la inspiración nos llegue
una y otra vez
mientras vivamos
así somos felices
entre verdades a medias
entre hipocresías sociales
analfabetas de la libido
que no entienden el lenguaje
de la carne

Que la inspiración nos llegue
abrazados  en el nido del áspid
mordiendo cada noche
la manzana del deseo







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