Espejos parlantes de dulce mirar,
manantiales de virgen pureza
donde el alma
se baña de verdades.
Nada ocultas cuando miras;
nada escapa de tus redes
de ensueños y sonrisas.
Miras y el sol se ruboriza;
hay más calor humano en tu pupila
que en cien estrellas siderales.
Un sueño me motiva;
hundirme en tus pupilas
con el alma desnuda,
lavar mis ansias atrevidas,
apagar el fuego que consume
mis horas vespertinas,
velar toda la noche,
alcanzar un nuevo día.
A cambio de un beso pupilar,
de una mirada tuya,
ofrendarte el corazón…
regalarte el alma mía.
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