Bienvenido

jueves, 14 de noviembre de 2013

La espera



Alza los brazos y mira al cielo,
una respuesta pide a la inmensidad.
Se ahoga en una lluvia de ideas,
muerde sus dudas;
hay un enigma atrapado en sus labios.
Limpia su cara y ríe, ríe a carcajadas,
da vueltas sobre sí mismo,
nada en lagunas de la memoria
hasta caer exhausto en sus recuerdos.
La gente lo mira,
frunce el ceño y al cabo de un tiempo
prosigue sus pasos en tanto murmura “Está loco”.
Sus ojos vienen y van tras  cada transeúnte,
canta una canción a media voz,
se arregla con esmero,
pasa sus manos por entre su pelo,
mientras espera con alegría,
con marcada ansiedad,
con infinita tristeza.
Las horas se filtran entre el follaje,
cae el telón de púrpuras nubes sobre la tarde.
Bajo las sombras nocturnas
una lluvia incesante de estrellas lo arroba.
Con las manos crispadas
pinta un gris arcoíris y lo decora
con  hilos de plata que la luna piadosa regala.
Canta una canción pasada de moda
y ríe, ríe a sus anchas y llora
en aquel lugar lleno de sombras
y vacío de almas.
Una pareja que pasa lo mira y murmura
“Está loco”.
Y tienen razón.
Nadie en sus cabales lo haría con tal devoción.
Si le preguntan,
dice sonriente “Espero una dulce promesa”.
No entiende que cuando el amor se va
no vuelve jamás a la escena.
Por eso la espera
todos los días,
todas las tardes,
desde que ella se fue prometiendo volver
algún día, alguna tarde cualquiera.




No hay comentarios:

Publicar un comentario