Nunca,
mientras
yo exista,
estarás
sola,
mientras
tu esencia en mis recuerdos
mantenga viva
la alegre sonrisa que adorna
tus
labios mudos.
Siempre
estaré a tu lado como un poema
que
no termina,
como
el susurro del tiempo
jugando
en tus oídos
cada
que invoco tu nombre
cuando
estás dormida.
Aunque
ya no estés conmigo,
nunca,
mientras
yo exista
estarás
sola.
Y no
hablo de soledad física,
de
soledad de una tarde cualquiera.
Hablo
de ausencia definitiva,
de
un adiós eterno;
porque
mientras yo viva,
así
me encuentre distante
muy
lejos de ti,
tú nunca más estarás sola.
Te
seguirá mi alma
para
darte consuelo
en
tus noches aciagas,
Seguirá
mi fiel amor regalándote besos,
Escribiéndote
versos
y
exaltando tu nombre
hasta
el último de mis días,
porque
al fin,
esta
fue la promesa:
Nunca,
mientras
yo viva,
estarás
sola,
te
acompañará por siempre
mi
eterno amor.
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