Desde que te conocí
tu imagen ha permeado mi vida,
me sedujo tu palabra sensual,
tus finos modales importados,
la eterna sonrisa que alivia
mis cansados hombros cuando llego a casa.
Acaparas mi atención
absoluta, totalmente;
cada día tienes algo nuevo para distraerme,
contigo me olvido del mundo real y sus problemas,
me encanta meterme a la cama
admirando sin censura tus encantos,
sabes programar mi mente
para disfrutar contigo los placeres de la carne.
Atrapado en tus encantos
digo sí a todo lo que
ofreces;
detalles, regalos, consumismo;
banalidades que no hacen falta para agradarme la vida
y sin embargo lo hacen.
Miro el mundo a tu
antojo,
haces que me olvide de mis penas,
mis carencias y deudas que acumulo
con el afán de complacerte.
Vivo absorto en la fascinación de las estrellas;
Antes tenías otros intereses,
te veía más fresca,
eras modesta, sencilla,
llenabas mis expectativas
sin desplantes altaneros
y tu voz tenía mucho de
verdad.
Poco a poco,
respondiendo a tus propios intereses
fuiste seleccionando tus palabras,
tus imágenes para enajenarme.
Ahora te ufanas, sofisticada,
cosmopolita, tecnificada.
Pero hoy amanecí con los ojos abiertos,
no dormí cavilando este futuro incierto
y una decisión ya tengo para no seguir
tus manipuladores encantos.
Ya no más tus dramas
me harán llorar,
no más comedias ni parodias de la vida,
tengo ganas de vivir la realidad
tomar mis propias decisiones
mirar el mundo sin el cristal
que has antepuesto en mis pupilas.
Ya no quiero volverte a ver,
me alejaré de ti,
alejaré el control que ejerces en mi vida,
y aunque desee otra vez mirar
tus íntimos encantos, te digo adiós
querida TV, por si ya nunca te vuelvo a ver.
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