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martes, 7 de agosto de 2012

Yo no tengo la culpa




Yo no tengo la culpa de haber nacido pobre
en un humilde hogar,
hijo de campesino, obrero, jornalero;
gente del pueblo con ganas de trabajar
pero que no halla empleo
con esta crisis que cada día aprieta más.
Si vivo recogiendo las migajas,
regalando mi esfuerzo a quien no paga,
no es porque yo quiera.
Si vendo chicles, recolecto latas sucias,
vacío el cesto de  basura o pido limosna,
no es porque me guste.
No escogí nacer en la miseria, no escogí sufrir,
padecer hambre, frío,
 o pepenar frente a tu puerta.
Te avergüenza mi pobreza,
mis manos toscas,
mi piel quemada por el sol
y los surcos del dolor marcados en mi cara.
Discriminas mi origen
y marginas mi existencia
de tu mundo de opulencia
vestido de etiqueta, carro de lujo,
perfumes caros y arrogancia extrema.
Me juzgas sin pensar que soy lo que tú haz hecho
con mi patria  y su grandeza.
Soy humano como tú,
aunque sucio ando por la vida,
tengo  limpio el corazón  bañado por el llanto
y el consuelo del perdón.
En mi cielo azul el horizonte
se mide con montañas de basura,
ahí pepeno a diario,
juego, río y lloro
y me olvido del dolor.
Me enfada llegar hasta tu mesa
y ver que comes los manjares que me niegas.
No tengo a nadie que me ayude a mejorar mi vida
aquí abajo solo huele a suciedad,
la basura que dejas después de tus campañas.
Tus promesas, tus falacias y mentiras
solo abren cicatrices que causan más  dolor y pena.
La impotencia me corroe atado a esta miseria.
Se te olvidó luchar por las causas sociales
darle a tu hermano de etnia
la igualdad de los bienes materiales,
el progreso que pregonas
y que al fin son para tus familiares.
Mi patria necesita ciudadanos con valores,
es inmoral que discrimines y desprecies tus raíces.
Vendo chicles,
gano apenas para sobrevivir honradamente,
y sin embargo en mi ignorancia la injusticia me conmueve.
Me he quitado el mendrugo de pan
para dárselo a mi perro si los dos tenemos hambre.
Pero tú, que tienes el poder de acabar con la miseria
te ciegas con los reflectores, el dinero fácil, la avaricia;
te has vuelto especulador, acumulador,  irracional,
y sin embargo culpas a otros de lo inmoral
y corrupto de este suelo  que nos da la vida.
Tú naciste en un hogar que lo ha tenido todo,
vives como rey desde el primer día de tu vida,
nada te ha faltado, ninguna pena te ha tocado.
No escogiste  el lugar para nacer,
pero tienes la responsabilidad de cambiar
la desigualdad social que vivimos en la misma patria.
Tú que haces las leyes,
tú que administras los recursos,
tú que planeas la infraestructura,
tú que administras la justicia
tú que representas la ley,
tú que naciste en la riqueza,
tú que siempre has gobernado,
cumple con tu responsabilidad.
Ponte en mi lugar
vive con el salario mínimo,
ponte mi ropa vieja,
quítate los zapatos
y camina el recorrido diario
de mi casa hasta el trabajo,
come lo que hay en mi mesa,
duerme en mi cama de cartón,
cúbrete con la misma manta
del frío que se cuela por las grietas
de esta choza hecha de trapos
y retazos de madera.
Sufre un poco del dolor que siento
sin medicamentos,
vive un poco de esta miseria diaria
que me arrastra a la desesperanza
al hastío y al dolor.
Vive un poco la impotencia que carcome el alma
cuando ves sufrir a un familiar
y no puedes  ayudarlo.
Si puedes soportar un día de esta vida,
di que mi petición es irracional.
Tú naciste en un lugar donde las decisiones
se pueden tomar para hacer más justo
este pedazo de tierra donde nacimos.
Esta patria te lo demanda,
te lo demando yo,
un simple ventero de chicles
que por necesidad se acercó a ti.
Está en tus manos nuestro destino,
cumple con tu responsabilidad,
si no puedes,  deja que otro lo haga en tu lugar.





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