Tu recuerdo tiene un sabor distinto
al de otros tiempos,
ya no sabe a papel viejo,
no sabe amargo
ni duele como dolió alguna vez.
Tiene ahora sabor a dulces fechas,
selectas,
de los mejores años,
los mejores momentos,
las más emotivas experiencias.
Tu recuerdo sabe
a fresas con crema,
helados de vainilla
y
besos de chocolate
con un sutil toque
de brisa del boulevard.
Tu recuerdo
aun cuando escurre de mis ojos
y moja mis labios,
ya no tiene la sal
del pretérito estéril.
Aprendí a distinguir
entre tantas lágrimas,
aquellas que saben a risa,
las que bañan el alma de alegría
y hacen vibrar de gozo el corazón.
Tu recuerdo
sabe a ron añejo
fermentado en la penumbra,
mezclado entre sueños y antojos,
bebido hasta perder la cordura.
Tu recuerdo
ha hecho del tiempo
una comparsa de fiesta y canto,
de vino y bohemia nostalgia.
Tu recuerdo a veces sabe agridulce,
en las tardes de diciembre,
vestido con el rojizo esplendor del
cielo
que enciende las olas del mar
de la apacible bahía de Chetumal.
Tu recuerdo
me acompaña en la explanada,
en una banca del ecológico,
en cualquier calle de la ciudad.
Viene entonces con sabor a melancolía,
a piel curtida de sol;
a silencio y caricias
bajo la sombra del laurel,
cobijado en la penumbra de la noche,
entre las manos que provocan
trazos de amor sobre tu piel.
Tu recuerdo provoca sonrojos,
arreboles en tus mejillas
y es cuando saben a sal;
pero no son lágrimas,
es sudor de piel erizada,
océano de miradas profundas
y palabras cautivas
entre redes de besos
y dulces promesas de amor.
Tu recuerdo tiene el encanto
de mi tierra,
grandioso como pirámide
contemplando la estrella,
pasión de bucanero pirata
y tesoros divinos ocultos
entre los pliegues de tu falda.
Mi pasado es el espejo
donde miro el presente
tan claro como el día,
tan real como la experiencia,
tan profundo y convincente
como el libro donde escribo
mi vida junto a la tuya.
Tu recuerdo empieza
un segundo después
de cada caricia,
de cada beso,
de cada deseo satisfecho.
Si enjugo mis ojos
es porque soy feliz
en tu recuerdo,
si junto mis manos
es para atrapar mis lágrimas
y navegar en ellas los siete
mares de la abundancia,
los siete días de la semana.
Tu recuerdo es tan real,
que aquí estamos juntos
comiéndonos los labios,
comiéndonos con las pupilas.
Tu recuerdo sabe a felicidad,
a puro amor,
sabe a ti, a mi,
a nosotros…
No hay comentarios:
Publicar un comentario