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jueves, 8 de noviembre de 2012

Ahora te das cuenta




Antes de buscar razones,
pretextos o explicaciones.
Fuimos la pareja ideal,
amalgama de experiencia
y juventud;
idealismo y racionalidad;
todo encajaba en el contraste,
sin desacuerdos.
El encanto de lo nuevo
y el gusto por repetir lo conocido.
Pasión y amor,
delicadeza y frenesí.
Los ciclos repetidos
en el cotidiano convivir;
polos opuestos,
yesca y fuego,
pan y hambre.
No había espacio para el abandono,
no había tiempo para discutir.
El amor entre tú y yo,
energía vital inagotable,
fusión de húmedos cuerpos,
labios dulces y piel de sal.
Tribal danza cuya  virtud
permitía desnudar el alma,
exorcizar todos los tabúes
y comulgar la carne con pasión.
Tú y yo cometiendo el pecado original,
sin culpa ni arrepentimiento;
simple armonía y entrega total.
Un día, todo cambió.
La censura pudo más que tu amor.
Que si eras muy joven para mi experiencia,
que habían muchos años de diferencia,
que tus amigas te extrañaban en las fiestas.
Nuestras vidas siguieron rumbos diferentes,
el amor cambió de piel y de sabor.
Buscaste algo similar a ti
y los años pasaron lentos,
sin prisa ni sustento.
Ahora te das cuenta
que no fue como esperabas,
ahora que ya no significas nada en su vida,
ahora que no te atiende,
que está entretenido en cosas importantes,
que tiene  pretextos para estar ausente;
te das cuenta de lo que dejaste,
de cuánto hice para estar contigo,
de todos los detalles que de mí tuviste.
Ahora que ya sabes qué significa amar
sin que te amen,
ahora que estás sola  esperando que llegue,
te das cuenta que no importaban
esas diferencias superficiales,
el miedo a la cesura,
tus amigos criticando las diferencias
y los detalles.
Tus temor era simplemente al qué dirán,
ahora te das cuenta que éramos felices,
que tenías un hogar,
un hombre que te amaba y lo perdiste.
Ahora que tú quieres regresar
yo ya estoy en otro camino,
ya nada puede ser entre los dos,
no arriesgaría mi estabilidad emocional
por una aventura pasajera,
no expondría nuevamente el corazón
a una nueva herida.
Soy libre de mis deseos,
soy libre en pensamiento
y mi libertad me obliga a ser congruente
con la razón.
He perdonado todo,
te ame, no lo niego,
pero ahora ya no es lo mismo.
Cerré una etapa grandiosa de mi vida
y ya tengo a alguien
con quién compartir mi destino,
ella es mi prioridad.
Quiero recobrar mi  tiempo
y lograr mis metas.
Voy bien, estoy bien 
y soy inmensamente feliz. 



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