Si yo fuera su alumno cada día pondría
en sus manos una flor del camino
con una cartita que diga
"¡para la maestra más linda!"
refiriéndome a usted.
Si yo fuera su alumno,
sería el más aplicado
para sentarme cerquita,
estar atento a la clase
y sentir contento escuchándola
a usted.
escogería la manzana más roja
para regalársela tempranito,
cuando llegue a la escuela
y yo esperándola a usted.
Si yo fuera su alumno
le diría que se merece
todo el respeto y admiración,
porque su esmero y cariño
para enseñar, no tiene comparación.
Si yo fuera su alumno
le diría que todos los días
cuando la veo con su sonrisa franca,
cuando oigo su tierna voz,
que me alegra escucharla
y siento orgullo sin ser su alumno;
quien más la aprecia por su labor.
Yo quisiera que fuera
mi maestra de toda la vida,
me daría tiempo de aprender
qué cosas le gustan
y cómo es usted,
para devolverle por cada lección
un regalito todos los días
que en sus mejillas dibuje
rosadas chapitas,
y de sus labios escuche:
¡buenos días niños queridos,
ya estamos juntos para aprender!.
Si yo fuera su alumno
le daría las gracias con todo cariño
porque es usted la mejor maestra
que como niño soñaba tener.
que como niño soñaba tener.
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