Llegó la certidumbre,
tuve que pasar por la experiencia
de confrontar
mi ayer con el presente,
pero me siento bien,
hay paz en mi alma,
mi corazón está vivo
y tengo la energía suficiente
para ser feliz hasta el último de mis días.
Se acabaron las premuras,
las metas a largo plazo.
Mi presente es hoy
y quiero disfrutarlo así,
sin prisas
y sin engaños.
Lo que no fui ya nunca seré,
lo que soy
es producto de mi esfuerzo.
Lo que di,
fue de corazón,
no pretendo correspondencia,
reconocimiento ni halago.
Luché por mis ideales,
si la realidad me despertó
sin alcanzar el último sueño,
no me frustré
ni detuve mi paso.
Dejé pasar lo que no es mío,
sé perdonar
y acepto que no todo
estuvo a mi alcance.
Soy dueño de mi presente,
tengo a manos llenas
experiencias y conocimientos.
Viví mi vida
tanto como para no volver sobre mis pasos.
La paz que envuelve mi ser
me permite mirar por encima
de mis debilidades.
Ya no compito con nadie,
no necesito demostrar mi fuerza.
La sabiduría llegó con la edad,
ahora me toca vivir en el remanso,
me toca tener fe,
confiarme en la tranquila tarde
leyendo un libro
o disfrutar una amena plática
bajo la sombra de un frondoso árbol.
Mi juventud fue igual que la de hoy,
el mundo se recicla y otros viven
lo que yo un día también viví,
Si amé lo hice con pasión,
sin condiciones,
con todo el sentimiento de que fui capaz.
También sufrí,
también lloré por un amor perdido,
pero ahora soy feliz.
Supe lo que es la juventud,
vivir al límite del vértigo;
Cometí muchos errores
y de ellos aprendí.
Dediqué mi tiempo para prepararme
y forjarme un carácter.
Era la juventud que brotaba
como un torrente de energía
y ahora que ya he logrado lo que quiero,
que ya no espero más de lo que tengo,
puedo darme el lujo de decir me equivoqué
o hacer planes para hoy sin preocuparme del mañana.
Me gusta saber que mi futuro es mi presente,
Que puedo gastar en lo que quiero
sin preocuparme si quedará para después.
Lo que ahorré y lo que invertí
me alcanza para disfrutar de lo nunca hice o anhelé.
Esa es la virtud de la madurez
que llega sin un tiempo preciso en cada persona
sin un esquema prediseñado
pero que hace que el mundo gire en su derredor.
He pasado la juventud,
y la vejez aún no llega;
la madurez es como la tarde después del mediodía,
justo para descansar luego de un gran banquete
y disfrutar de la maravillosa experiencia de la vida.
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