Bregar la vida con los pies descalzos,
hollar con paso milenario esta tierra
sin saber el rumbo del destino.
Las palabras en la boca suenan a silencio
cuando se hace noche.
Nadie duerme y sin embargo
se escucha correr el sueño tras un horizonte.
No hay luz y brilla el intelecto.
Las noches penan
y causan miedo a los noctámbulos.
¿Cómo medir el tiempo
si no hay tiempo en la pupila?
El día es negro,
y negra es también la noche.
Surcos en la frente,
arrugas en la tierra de nadie.
Caminando se llega hasta el principio,
los pasos van en círculo
y en algún inesperado tiempo,
cuando eres viejo,
eres también un niño cuyo destino
se forja entre las huellas
de su andar incierto.
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