Vibra sensual tu boca
entre mi sueño.
Llamas al amor.
Cómplice,
con el alma en el hilo,
responde ardiente mi deseo.
Muerdo tus oidos,
acaricio tu sorpresa
y atrevido,
desnudo tus secretos,
penetro tu encantadora intimidad.
Justo entonces,
en el paroxismo inevitable,
el "clic" de ¡Buenas noches!...
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