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sábado, 6 de octubre de 2012

Ahora que te he encontrado




Ahora que te he encontrado
sin la  apremiante necesidad
de  apaciguar  la soledad
que reseca mis labios mudos.
Ahora que te he visto saltar sobre  el  letargo,
escudriñar mi alma
como niña  atrevida y curiosa;
alegre mariposa,
revoloteas incauta los sentidos.
Levantas el polvo de mis dudas,
dispersas los temores
por los confines de mi cuerpo
con tus alitas tornasol,
lo estremeces con tu aliento.
Se resquebraja el corazón,
hojarasca seca;
quejido de viento entre  otoñales tiempos
con su alfombra roja
y zapatos marrón para la fiesta.


Ahora  sé que existes
tan cerca como el aroma de la flor
que adorna el jardín perenne de los sueños.
¿Tendré el valor para mirar tus ojos
más allá de la dilatada pupila
que acaricia mi alma cuando tú me miras?,
¿Quedará algo de fe y pasión en esta piel
que se eriza al contacto del saludo,
de ese beso discreto y breve
que acompaña cada buenos días?


Ahora que empiezo de nuevo a creer
que nada existe solo porque sí.
Quizás un ser supremo
con su infinita piedad,
quiso regalarme una nueva oportunidad
cuando he repetido mil veces
que soy feliz porque  ya nada espero de la vida.
Algo de magia hay en ti
para hacerme olvidar mis penas y palabras,
algo de divino ser para alegrar
mi corazón de esta manera,
 y mucho de ángel para desear la inmensidad
de tu aposento azul y tus alburas.


Ahora que construyo un rincón para dormir
vienes con tu carita de azucena
a perfumar mi derredor,
vienes flor y fruto para hacer
de mi claustro un paraíso.
Vienes  hecha mujer
y mi celo es un brazo ardiente de  bailarín
que se cierra  en tu cintura,
pivote donde giran los deseos
montados en corsé de seda,
y fino   encaje  de ensueño.
Cierro los ojos,
cabalgo en sensual fantasía
pero pronto  rompo el conjuro
por miedo a perder  la entereza.
Me gustas más con tu porte de princesa,
con tu carita inocente
y tu carácter jovial de adolescente.


Ahora que me encuentro
totalmente enamorado de ti,
mis pensamientos son un ramo
de olorosas rosas
que cada mañana
ofrendo a tu paso.
Me fascina saber que vienes a mí
deslumbrando los sentidos,
pintando un arcoíris en el rostro,
una sonrisa de felicidad incomparable.

¿Qué será de mí?
No lo sé,
no  interesa tanto saberlo ahora.
Si en mi cielo brillas tú,
día y noche, sol y  luna.
Si mi sed se apacigua con
la cristalina agua de tu risa,
si mi cansancio tiene el confort
de tu regazo,
si mi deseo sacias
con el apasionado beso de tu boca.


Seguramente algo bueno me espera,
porque no deseo más que vivir
cada día  esta hermosa realidad,
con la certeza que  lo único que cuenta
en esta etapa de la vida,
es que compartimos el mismo sentimiento
y eso nos hace ser
la pareja más feliz del mundo.

¿Qué será de mi?
La realización completa,
el sueño largamente anhelado,
el último deseo cumplido,
el amor consumado
a lado de mi princesa,
donde la frase  final será
-y fueron felices para siempre-



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