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domingo, 7 de octubre de 2012

Psicosis










Matarlo estando muerto,
negarle dos veces la vida
cuando ya estaba de por sí tendido en el camino.
Un súbito despertar de ideas lo aniquiló en el acto,
la bala de un guerrero no podía hacerlo.
Fue necesario que él se suicidara
con sus miedos.

¿Le preguntaste por qué estaba muerto
antes de nacer?
Nada hay qué hacer.
Una sombra se levanta del sueño.
Una sombra camina a la luz,
no dejan huella sus pasos,
no hacen ruido sus huesos.
Viene desde el abismo como lava ardiente
de un volcán en erupción,
viene derritiendo el camino;
todo lo que vive.

Sangran sus venas,
abre sus heridas,
en las muñecas se ven las cicatrices de su vida
escurrir silenciosos gritos,
muy tarde su liquido vital fluye
hacia el océano.
Tal vez se cansó de gritar,
tal vez se cansó de vivir una larga condena.
La soledad se enquistó hasta volverse
una  pesada roca
y se fue al profundo mar.

Mira sus labios morados,
mira sus pies mutilados;
hay en su mirada ausente un profundo pesar,
flagela su tristeza los bordes de la cordura,
sacude su larva un cadáver
a punto de rodar por la pendiente.
¿Por qué lo pateas si ya no siente?
¿Por qué le arrojas leña
si ya solamente son cenizas
y polvo para el capricho del viento?
 Una tolvanera grita a los cuatro vientos
que no se detengan,
debe ser así para que duela.

El agua tiene un color púrpura,
la beberá eternamente.
No se lo recuerdes,
deja que haga su vida
como desea,
déjalo enterrar su muerte,
déjalo morir su vida.

Ya nada importa desde antes de nacer,
ya nada importa desde que el destino
señaló su suerte.
Quería ser algo grande,
tenía suficiente sensibilidad para triunfar
pero se equivocó,
llegó más que una década antes,
la diferencia lo acabó,
no pudo detener el tiempo
y el tiempo se lo llevó
mucho antes que se diera cuenta
que ya estaba solo,
en algún lugar del olvido.

Aunque azote la cabeza,
aunque sangren sus manos,
aunque despedace su corazón,
 ya es demasiado tarde 
para enderezar el camino,
ya el monte se hizo alto
y la tarde cubrió su lápida.
No está loco,
tampoco muerto,
ni una ni dos veces;
simplemente no existe.



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