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martes, 17 de mayo de 2011

La niña se muere

Sus ojos a media luz
sollozan el silencio de las cosas.
Está sola
en medio de una cama
que a fuerza de estrujarse
pareciera tener la edad
de los pesares.
Tiene los labios secos,
los ha humedecido tanto
pero ha sido en vano.
La niña se muere,
sus carnes se aflojan,
expira en su pecho un suspiro,
conjura un enigma,
un nombre sin rostro.
La niña, pobre;
huérfana y desnuda
en la penumbra de cuatro paredes
que sepultan sus primeras fiebres.
La niña se muere,
de amor…


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