Una jovencita como tú no debe sufrir ni llorar,
por mucho que haya amado,
por mucho que haya querido
y su amor no fuera correspondido.
Una jovencita como tú debe sonreír y cantar
porque la vida ha premiado
su corazón con una experiencia divina: el amor.
No todos pueden amar
no todos pueden querer
con la intensidad y pasión
que tu corazón ha sentido.
Brille en tus ojos la luz
y en tu semblante la paz.
Vive, sueña, sé feliz.
Una jovencita como tú
sabe que la vida es un largo camino
y cada día un tesoro.
Guarda estos días hermosos,
guarda los dulces momentos
como un regalo divino.
Una jovencita como tú
sigue feliz por la vida,
baja estrellas del cielo,
regala sonrisas,
busca amistades.
Una jovencita como tú
siempre tiene una esperanza,
siempre tiene un anhelo,
una razón para vivir
y un sueño para alcanzar.
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