En
lo más alto del palacio nacional,
un
puñado de hombres capacitados
en
el manejo de armas ultramodernas,
con mira
telescópica y rayos laser,
apuntan
y esperan la orden
para
disparar.
Son
mexicanos de élite,
se
han entrenado para ocupar
un
lugar en el escenario glorioso
de
conmemoración nacional.
Abajo
miles de mexicanos luchan
por
ganarse un lugar en la gran plaza,
miran
arriba y de frente al que grita
¡Vivan
los héroes que nos dieron patria!...
¡Viva
la independencia nacional!,
¡Viva
México! ¡Viva México!
Puntean
sus luces verdes sobre el escenario
en
genuina protesta
por
el reclamo de sus derechos civiles
y
humanos.
Los
de arriba
bien
pertrechados están con el amo,
los
de abajo
no
tienen futuro ni tienen trabajo.
Los
de arriba son mexicanos
los
de abajo son sus hermanos.
En
medio, en el balcón principal,
un
singular hombre
sostiene
el pendón patrio,
toca
campanas,
agita
las manos.
El
pueblo lo arenga,
está
disgustado.
Qué
pena que un líder
la
independencia proclame
y
tenga listas las balas
por si hay reclamo.
por si hay reclamo.
¿Qué
tanto habrá hecho
que
necesita las armas
para
acallar las conciencias?
El
grito suena a reclamo.
Viene
de una patria herida,
desde
las sepulturas
de
ochenta mil muertos;
del
dolor de las viudas,
de
huérfanos desamparados
y vidas
inocentes perdidas.
Viene
de una joven generación
que
se revela,
que
no se vende,
que
no se quiebra
contra
la imposición.
Su
lucha es por la justica,
por
el derecho a la paz
de
todos los mexicanos.
Libertad
de pensamiento,
respeto al sufragio.
No a
la manipulación,
no a la
enajenación mediática,
no al abuso
sistemático
contra
la noble gente de esta nación.
Con
juegos artificiales se cierra el telón
de
una tragicomedia digna de telenovela;
la
pertinaz lluvia disipa el gentío.
En
un lugar acondicionado
dentro
del recinto oficial,
una verbena tiene lugar
para
un grupo selecto.
Hay
fiesta tradicional,
opulencia
extrema
en
la alta burocracia,
resguardada
por la milicia
que
apunta y amaga
contra
un pueblo que reclama
al
gobierno,
un
México sin corrupción,
libertad
ciudadana,
democracia
institucional,
justicia
social,
respeto
a la vida
y
seguridad nacional.
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