Me resisto a creer
que ya nunca más estará
tu
esplendor de estrella
guiando mis pasos por la oscura soledad
que me domina.
Tu sonrisa abierta y franca
donde abrevan mis temores,
ahora que apartaste de mi vida
tu presencia.
No más poses divinas
para deleite de mi alma,
ni silueta de afrodita que provoque
mis pasión
en tus virtudes.
Las sombras del árbol junto a la laguna
formulan
inciertas preguntas.
¿Dónde estás?,
¿Dónde anidas tus ojos de querube?,
¿A quien cautivas con tu gracia infantil?
Mi mundo matutino está bajo una nube gris,
se acabó el esplendor de tu presencia.
Me resisto a creer que nunca más
te veré bajar por esas escaleras
luciendo tus mejores poses de reina indiscutible.
Me resisto a creer
que ya
nada es igual sin ti,
que mis ojos están secos,
nada los conmueve;
me resisto a creer,
que te extraño todavía…
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