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jueves, 6 de septiembre de 2012

Amo el silencio de tu voz ausente I




                          I

Amo el silencio de tu voz ausente
que deja escuchar mi corazón
clamando con fervor tu nombre.
Amo tu mirada de divino ángel
al despedirnos de un día más estando juntos
con la promesa de un feliz mañana.
Amo  la falta de cordura al arriesgarlo todo
en nuestros  atrevidos juegos;
no saber quien de los dos está más loco
o enamorado mientras pintamos corazones
en  árboles y paredes.
Amo esas tardes que rodamos abrazados en el césped
fingiendo una lucha pasajera.
Y en esos sublimes momentos de alegría,
amo dejarte ganar porque mi castigo
son tus tiernos labios besando los míos;
porque mi premio
es amarte hasta el delirio.
Amo tus gestos y ocurrencias,
tus palabras frescas y sinceras,
tu forma de ser y de tratarme
porque así me haces sentir
el hombre más dichoso de la tierra.
Amo saber que soy completamente tuyo,
y tú eres totalmente mía,
ahora y para siempre;
que juntos encontramos al amor de nuestra vida.
     
              

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