Bienvenido

lunes, 24 de septiembre de 2012

La niña de mis ojos



Sentados frente a la laguna,
la niña de mis ojos
me ha pedido
la inmensidad del mar,
con sus caracoles,
sus blancas perlas
y algún tesoro pirata,
escondido entre las olas
y el arrecife del ancho mar.

La niña de mis ojos
me ha pedido la luna
para  colgar sus sueños.
Peina sus cabellos frente al viento,
mira fijamente  el horizonte
y sonríe  traviesa;
también  quiere
de los confines celestes,
las estrellas y  cometas
para adornar su blondo pelo
cuando la lleve a pasear.

La niña de mis ojos
me ha pedido que la lleve
por los océanos
a recorrer el mundo,
desea saber si hay princesas
más hermosas que ella,
y tierras lejanas qué conquistar.

La niña de mis ojos
me ha pedido que en la noche
la vista como reina
y brille el  neón  a su paso
cuando apueste en la ruleta
su temprana suerte.

La niña de mis ojos
se merece todo.
A la orilla de la laguna
yo le cuento los colores,
le cuento mis anhelos
mis motivos y temores.
Le abro mi corazón
y dejo que fluya el amor
como un exquisito perfume sobre su piel,
armónica nota en sus oídos,
y en sus  divinos labios dulce miel.


La niña de mis ojos
tiene en sus diminutas manos
el poder de una princesa,
toma un carrizo tierno
y señala el horizonte.
Tiene sueños de grandeza,
quiere un trono de oro,
púrpuras almohadas
y un cetro a su belleza.

La niña de mis ojos
mira melancólica
cómo se va la tarde
entre  esbeltas palmeras
y quietas aguas transparentes.
Suspira  largamente,
se ha puesto de pie
y me mira indiferente.
Ella quiere algo más
que paisajes pintados
de fantasía,
más que palabras tiernas
y enamoradas promesas.

La niña de mis ojos
me ha pedido
que la deje de amar,
que le devuelva el corazón.
Tiene ganas de volar
con sus alas de ángel
en busca de algún paraíso terrenal.

La niña de mis ojos
ha partido frente a la laguna
en busca de la inmensidad del mar
y yo tan solo puedo darle
de mis tristezas
salobres lágrimas
y un tesoro
que palpita por ella
donde quiera que está.

La niña de mis ojos
surca los siete mares;
conmigo se baña cada tarde
en  la laguna de los siete colores,
entre mis pupilas;
en el agua salada
que brota de un profundo mar.










No hay comentarios:

Publicar un comentario