Si pudiera evitar
el impulso que motiva
sus horas ociosas,
sus francos desvelos,
atrapada en adictivos juegos
que no la dejan pensar.
Si pudiera encontrar su camino
un perdido viajero sediento de amor;
sigue el contorno de una huella imborrable
dibujada en el tiempo por sus propios pies.
Van en sentido contrario
y no se
alcanzan aunque aligeren el paso.
quizás se cruzaron en el último beso
que presurosa guardó la memoria
en la arena del mar.
Una moneda al aire reverbera las penas,
los dos pierden más si no juegan;
mejor siguen solos
cada quien a su manera.
Siguen apostando a la suerte,
tirando una moneda al vacío,
tirando al vacío su soledad.
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