Ya
ves, como siempre,
seguimos
siendo amigos
aunque
lejos te encuentres.
Nadie
esperaba tu partida,
quedaron
algunos pendientes.
Pero
debo decirte que siempre confié
en
tu lealtad y aprecio sincero.
Contigo
no hubo necesidad de protocolos
ni
frases rebuscadas.
Sencillo
en tus expresiones
de
risa espontánea y alegre,
compañero
de aventuras
y ante la adversidad tu mano franca.
Eres
mi amigo de siempre,
tenemos
presente tu recuerdo,
y las anécdotas que contabas
con
tanta gracia.
Ya
no estás para decirme
-“Oye
viejo, qué hay”-
Extraño
esas palabras.
Ya
sabes, amigo,
en
nuestra amistad,
nunca
hubo distancia ni diferencia.
Quizás
la juventud y experiencia
hicieron
buena amalgama.
Sé
que te fuiste feliz,
nada
faltó que vivieras sin disfrutar.
Un
día estaremos juntos
en
algún lugar, ya sabes,
tu
recuerdo mantendrá siempre viva
nuestra
amistad.
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