No era ese su destino,
y sin embargo,
un deseo tuyo lo arrojó al fango del olvido.
No lloraré más por un amor perdido,
no lloraré más por una mujer
que no supo valorar lo hermoso de un cariño.
Si una lágrima se escurre por mi rostro
será quizás por lavar tanta sal vertida en mis ojos;
será por limpiar el sudor
y el polvo del camino.
No lloraré por sentir en mi alma el vacío,
un amor tan grande no merece morir de frío;
desterrado,
ahogado en un profundo mar de hastío.
Pero dejaré que muera,
dejaré que se pierda en el calendario
como una fecha cualquiera.
Porque será así como volverá el amor
a llenar mi corazón de dicha.
Pero dejaré que muera,
Porque sólo así volverá el amor…
aunque no sea tuyo.
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