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lunes, 1 de noviembre de 2010

La esperó inútilmente

Los pájaros en  los laureles, 
buscan sus nidos
y en el cielo las golondrinas
llenan la tarde de hermosos trinos.
Abajo está un hombre 
que sueña, 
que ríe.
Poco a poco la tarde se duerme, 
poco a poco la noche se adorna 
con sus foquitos multicolores.
Abajo el hombre bosteza,
la esperó inútilmente durante meses.
Luego los años 
le pintaron de blanco las sienes,
arrugaron su piel
y en sus rodillas clavaron alfileres.
Se levanta despacio,
camina apenas con pequeños pasos 
y se detiene.
Decide  sentarse un rato más,
es su costumbre
no claudicar  fácilmente.
Entre sus manos sostiene
un cofrecito con unos pendientes.
Un niño le mira curioso
y  dice sonriente:
Señor,¿ por qué sentado se duerme?.
Un trencito toca campanas
y se aleja pausadamente.
¿Por qué ella no está?,
¿por qué ella no viene?
En el boulevard, 
donde las águilas escoltan 
el gran reloj que marca las nueve,
un anciano espera paciente
la dulce promesa de su princesa
ahora ausente.



1 comentario:

  1. waa como siempre geniales sus poemas un abrazo y la mejor de las suertes profe

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