Se olvidó de nosotros el tiempo,
pero yo esperaré
que la última gota de lluvia
baje de este ingrato cielo.
Diré después que moje mis labios
que sabe a ti,
que tiene la sal de los días locos,
el sudor de noches bohemias
apenas pintadas de estrellas,
cuando tú y yo
arrancamos la página
para no leer nunca más
nuestra cordura.
Hoy, afrontas tu último cielo,
yo, ignoro la cima,
el altar de la inmolación,
el cuerpo divino y eterno.
Esperaré bajo la lluvia,
quiero saber
si el cielo también llora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario