Cabría en él el universo, nadie lo duda;
una sonrisa, una creencia,
una fe, la vida misma.
Camina todos los días la misma suerte,
un cordón lo ata desde su vientre
y en el océano va contracorriente.
Bajo de él hay un abismo,
yergue el cuerpo, sonríe.
En sus ojos la misma imagen
y en la manos entumecidas tiene
un sostenido adiós.
Por eso camina siempre
pintando paredes, vuelve los ojos,
ningún reproche.
Sonríe, siempre sonríe.
La gente dice que no es feliz,
bien vestido algunas vecesse reinventa al infinito,
por eso llora de algún dolor que disimula.
nadie pregunta qué hay en su alma,
nadie le mira,
va por el tiempo,
vacío, siempre vacío.
Sin corazón, ahora le cabe
todo en el pecho.
una sonrisa, una creencia,
una fe, la vida misma.
Camina todos los días la misma suerte,
un cordón lo ata desde su vientre
y en el océano va contracorriente.
Bajo de él hay un abismo,
yergue el cuerpo, sonríe.
En sus ojos la misma imagen
y en la manos entumecidas tiene
un sostenido adiós.
Por eso camina siempre
pintando paredes, vuelve los ojos,
ningún reproche.
Sonríe, siempre sonríe.
La gente dice que no es feliz,
bien vestido algunas vecesse reinventa al infinito,
por eso llora de algún dolor que disimula.
nadie pregunta qué hay en su alma,
nadie le mira,
va por el tiempo,
vacío, siempre vacío.
Sin corazón, ahora le cabe
todo en el pecho.
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