Me gustaría tener una cita contigo,
nada extraordinario,
sólo ponernos al día uno con la vida del otro,
hablar de trivialidades
y los hechos cotidianos que entretejen
nuestros sueños y esperanzas.
Quiero que sepas lo importante que es para mí
decirte a tiempo que te amo,
no quiero hacerte esperar,
tú eres importante y sin tiempo y con él
anticipadamente deseo decírtelo no una,
sino muchas veces para que así,
cualquier día que falte
tengas tantos te amo
como para escuchar uno cada mañana
hasta el fin de tus días.
Mira a tu alrededor,
hay cosas nuevas en tu vida,
la casa, los muebles, el jardín y los vecinos;
sales y te saludan alegres
de tener una nueva amiga jovial y cortés.
Ellos te tienen a diario
como yo te tuve un día y sabes,
no me siento triste
porque yo atesoro, los días más hermosos de tu vida.
Ese secreto que llevo en mi mente
es motivo de mis alegrías
y el bálsamo que cura mis heridas.
Por eso escribo esto,
para que sepas cuán grande es mi amor
que te alcanza donde estás,
y bendice y escudriña todo lo que te rodea
para quitar la paja del camino.
No voy a llorar,
no voy a reír cuando te diga de frente que te amo
una y mil veces como siempre has querido.
No lo haré aunque se me quiera salir el alma.
Hoy mis manos te bosquejan en hilos de tinta
hoy mis pensamientos hilvanan uno tras otro recuerdos.
Estas manos no se cansan de escribir
y en perfecta armonía se dejan llevar
en la danza del amor que viene y va
al compás de los suspiros.
Mira cómo florece esta línea fértil, como surco de perennes girasoles;
hasta el sol se desangra aferrado en el ocaso
para verte un segundo más antes partir.
Tengo el calor de mis brazos para amarte
y un fuego interno que no quema
pero que consume lenta, poco a poco,
la débil resistencia de no hablarte.
Penetraré sutilmente la ventana
de tu disimulada indiferencia
y te impregnaré de mí
cada mañana aun cuando no lo sepas,
aun cuando no lo pidas, ni lo sueñes.
Yo seré el rubor de tu piel,
y en tu boca la miel de mis palabras
engendrarán respuestas mudas,
silencios, pausas, antes de decir
“Te quiero yo también”.
nada extraordinario,
sólo ponernos al día uno con la vida del otro,
hablar de trivialidades
y los hechos cotidianos que entretejen
nuestros sueños y esperanzas.
Quiero que sepas lo importante que es para mí
decirte a tiempo que te amo,
no quiero hacerte esperar,
tú eres importante y sin tiempo y con él
anticipadamente deseo decírtelo no una,
sino muchas veces para que así,
cualquier día que falte
tengas tantos te amo
como para escuchar uno cada mañana
hasta el fin de tus días.
Mira a tu alrededor,
hay cosas nuevas en tu vida,
la casa, los muebles, el jardín y los vecinos;
sales y te saludan alegres
de tener una nueva amiga jovial y cortés.
Ellos te tienen a diario
como yo te tuve un día y sabes,
no me siento triste
porque yo atesoro, los días más hermosos de tu vida.
Ese secreto que llevo en mi mente
es motivo de mis alegrías
y el bálsamo que cura mis heridas.
Por eso escribo esto,
para que sepas cuán grande es mi amor
que te alcanza donde estás,
y bendice y escudriña todo lo que te rodea
para quitar la paja del camino.
No voy a llorar,
no voy a reír cuando te diga de frente que te amo
una y mil veces como siempre has querido.
No lo haré aunque se me quiera salir el alma.
Hoy mis manos te bosquejan en hilos de tinta
hoy mis pensamientos hilvanan uno tras otro recuerdos.
Estas manos no se cansan de escribir
y en perfecta armonía se dejan llevar
en la danza del amor que viene y va
al compás de los suspiros.
Mira cómo florece esta línea fértil, como surco de perennes girasoles;
hasta el sol se desangra aferrado en el ocaso
para verte un segundo más antes partir.
Tengo el calor de mis brazos para amarte
y un fuego interno que no quema
pero que consume lenta, poco a poco,
la débil resistencia de no hablarte.
Penetraré sutilmente la ventana
de tu disimulada indiferencia
y te impregnaré de mí
cada mañana aun cuando no lo sepas,
aun cuando no lo pidas, ni lo sueñes.
Yo seré el rubor de tu piel,
y en tu boca la miel de mis palabras
engendrarán respuestas mudas,
silencios, pausas, antes de decir
“Te quiero yo también”.
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