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sábado, 21 de agosto de 2010

Escribo sobre tu piel

Escribo sobre tu piel un poema de amor,
pronuncio tu cuerpo, acaricio tu nombre.
No te he dicho aún cómo me llena recordarte toda,
letra por letra, hasta agotar la idea.
Quizás sea tiempo de aprender de memoria tus páginas,
los espacios entre cada vez que te veo,
así no habrá más corrección entre líneas y un beso,
entre una disculpa y comenzar de nuevo.
Para escribirte está mi contento
porque mis manos ya saben el camino
de tus huellas hasta tu pelo.
Así recorro las horas fascinado en tu cuerpo.
Sí, no te he dicho aún
cuánto estoy aprendiendo de ti
cada vez que te veo.
Me enseñas a reescribir un poema que no termina,
que se extiende en la promesa de cada despedida.
Hoy es un día para continuar la historia,
le voy a agregar un paisaje nuevo,
un “te quiero” entre deseo y beso;
en el auto, en la esquina de tu casa,
entre las sábanas del cálido lecho.
La risa que te ilumina el rostro es mi almohada,
es mi brazo derecho.
Mírame como sueles hacerlo y florece un verso nuevo.
Me tienes dispuesto a conquistar
la montaña de encantos que me guardas cada noche.
Así quiero escribir esta estrofa
que empieza a madurar la tregua entre tu alma y la mía.
Que no quede duda,
aún no está escrito el final de nuestra historia.


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