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sábado, 21 de agosto de 2010

Te extraño



Una palabra
que golpea el pecho
como paloma atrapada en vendaval.
Te extraño,
cerca de mi ocaso
con las manos yertas,
cartas marcadas de un juego
que nunca terminó.
Te extraño,
estatua de linaje casto,
cúmulo de noches
con la frente en alto
y el corazón descalzo;
fragmentos de miradas
que no cruzaron
el ayer hoy tan trillado
en una palabra que vaga
de tanto esperar.
Te extraño,
en la duda de una verdad a medias.
Te extraño ayer,
hoy, mañana;
quizás siempre,
quizás toda la vida
y el infinito acento de mi voz
se pierde en la barrera
total de indiferencia.
Hoy es nunca,
nunca es ayer;
soy ese
que ayer fue
y hoy he sido.
Mírame con los ojos fríos
y mi boca llena de
un extraño y necio amor
que declama versos
a la ausencia.
Nadie está,
Nadie escucha.
Te extraño.
Nadie, nada…nunca.
Tal vez mañana las paredes se apiaden
y reverberen
para gozo de mi alma.
Te extraño,
                 te extraño,
                                 tanto,
                                         tanto,
                                                  amor…







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