Bienvenido

viernes, 31 de octubre de 2014

¡Queremos justicia!




Un ave de metal levanta el vuelo;
hiere el cielo la opulencia,
tiñe de sangre el suelo.

Surco de ignominia en las alturas,
señala el devenir histórico
una ruta equivocada.

Opresor arriba regodeado en su soberbia,
oprimido abajo padece la injusticia.

Un jefe de estado
y su séquito de cortesanos
miran desde lo alto,
un país de riqueza incomparable,
una región del mundo que brilla
en medio de dos grandes océanos.

Entre nubes de oropel y vanagloria,
no se aprecia la pobreza
en que viven millones de personas.

Hay que bajarse de las nubes
para saber cómo sufren los de abajo,
meter los pies descalzos en el dolo,
y bregar por el camino plagado de difuntos.

Hay sentir la injusticia en carne propia;
balas que matan o lastiman,
beber su  propia sangre
y doblarse ante el flagelo de la impunidad
y del escarnio.

Hay que bajarse de las nubes,
comer los desperdicios que sobran
del banquete de ricos comensales,
y aun así morir todos los días,
con hambre de libertad y de justicia.

Vestir harapos que del frío no protegen,
vivir en casas de cartó
que la lluvia no respeta,
empeñar la fuerza de trabajo 
por un mísero salario;
vender caricias bajo la sombra 
del árbol de la esquina
y pagar deudas que jamás culminan.

Hay que bajarse de las nubes,
vivir un día, solo un día,
lo que el pueblo ha padecido por generaciones,
ponerse en el zapato de esos otros marginados,
trabajar de sol a sol
para  ganar tan solo la esperanza de un mañana.

El cielo se tiñe de opulencia,
el suelo se cubre de sangre;
un ave de metal deja una estela de humo
y un país que arde,
que lucha por un  mejor destino.

El gentío fluye con la fuerza 
de un río embravecido,
arremolina conciencias,  
avanza por las calles
y se extiende por todas la ciudades.

La pobreza es una enfermedad
que no sufre el que gobierna,
es inmune,
por eso la ignora,
por eso no la cura.


El pueblo ya está harto de injusticia,
hace eco a la voz de los caídos.

Llama a la marcha por la vida
por el derecho a la seguridad
y la libertad perdida.

Acaso, es la propia voz de la tierra
que brota de sus fosas,
que escupe humo de sangre derramada,
que devuelve ceniza de inocentes.

Es una sola voz que clama:
¡Queremos justicia!
¡Queremos justicia!,
¡Ya basta de crimen y opresión!





martes, 28 de octubre de 2014

Siempre estarás con ella


































Podrá partirte el corazón
o curarte las heridas
que ha dejado un viejo amor,
a veces te hará dudar,
llorar de alegría si no de pena.

Podrá llegar tarde a la cita,
posponerla mil veces
aun cuando no tenga motivo ni razón;
mas siempre estarás con ella.

Respetarás sus gustos,
sus creencias,
sus costumbres,
su manera de hablar y de ser
cuando juntos caminen por la vida.

Podrá ser la persona más hermosa
que hayas conocido
o aquella que tiene
los defectos del mundo,
podrá quererte con todo el corazón
o ignorarte simplemente;
mas siempre estarás con ella.

Tolerarás cualquier querella
y disculpas nunca faltarán,
podrás tenerla entre tus brazos
o vivir lejos sin poder verla;
mas siempre estarás con ella.

Porque tú la amas,
aun cuando no lo sepa,
ella es el amor de tu vida;
siempre lo será.







sábado, 18 de octubre de 2014

Arránquenme la vida




Cuando se es pobre,
cuando sólo se tiene
lo que uno lleva dentro del corazón,
cuando la ropa que usas es la pobreza,
cuando  aprieta el hambre
y sólo hay esperanza
y nada para comer.
Cuando la sed de justicia  no la sacia
el discurso de los de siempre
y te preguntas, por qué así es la vida que vives,
con tantas carencias y necesidades,
por qué tan pocas oportunidades para sobresalir.
Entonces piensas que vale la pena luchar por tus ideales,
porque no hay nada después de la vida que puedas perder.
Si sólo cargas con la pobreza,
si sólo tienes la ira puesta
y la razón te acompaña en cada acto,
y la justicia está de tu lado.
Tienes derecho a expresar lo que sientes,
tienes derecho a soñar un mundo mejor.
Porque lo único que queda después de la vida
es la honra, el ejemplo y el  pundonor.
Mira tu patria querida,
que arde en la hoguera del opresor,
las injusticias y el abandono,
las penas de tu familia, su llanto y dolor.
Qué puedes perder si nada tienes,
qué puedes ganar si a algo aspiras.
Tu tierra es fértil, necesita manos para producir,
sus ríos y mares  llenos de vida,
y bajo el subsuelo tesoros
que pueden cambiar tu vida por un futuro mejor.
Por qué tanta injusticia en el reparto si somos familia,
si somos nación.
Por qué un puñado de hombres se benefician
y se enriquecen mientras millones de compatriotas
sufren y mueren sin haber tenido 
un privilegio, un gusto o diversión.
Arránquenme la vida si lo que digo es mentira;
que cada hombre merece justicia,
que cada hombre debe ser libre
y cada hombre debe tener los mismos derechos
para vivir con decoro, con dignidad y valor.
Arránquenme la vida si quieren
mas nunca podrán decir que es mentira.
Si intimidar a otros quieren,
arránqueme la vida,
nunca podrán callar la verdad.
Esta voz que habla por todos los silenciados,
por todos los desaparecidos,
todos aquellos caídos,
y todos a quienes que les falta valor
pero que comparten lo mismo que siento yo.
Mi patria es digna,
digno es el pueblo,  digno eres tú,
lo es tu hermano 
y cualquier ciudadano.
Mi patria clama justicia,
pide libertad,
vivir en democracia
y progresar sin privilegios de unos y otros no.
Mi México querido lo demanda,
mi México querido ha despertado,
se mueve por fin como una nación.
Arránquenme la vida si quieren

¡La verdad, es la fuerza de la razón!