Hay hombres que aún sueñan

Sueña con el poder
de quebrantar los huesos
a la muerte que le espera en las esquinas,
en los ángulos que fragmentan
su soledad de mártir prematuro.
Sueña que le quiebra las alas al tiempo
para que no lo alcance besando íconos.
Mira al mundo correr con ojos de víctima,
le gana por experiencia.
Su carne muestra la cicatriz
de cien batallas ganadas al ego,
a la vana idea de la inocente vírgen.
Sus pies conocen el polvo del camino
y sus manos reventaron pechos como uvas.
Sueña que le ganó al amor,
al placer de arrebatar orgullos.
Mas la venganza se cobra
con la misma esencia,
lo genérico tiene más oferta
para los necesitados, dice:
no amo al malo, sino a la maldad,
el que llora se ahogará en su propia lágrima,
y el cobarde vivirá jugando a mártir.
Pero no es ahí donde el ser
pierde su calidad humana;
en el amor hay ricos miserables
y pobres afortunados.
Habrá que revivirle el alma
a los hombres que eternamente duermen
y sueñan que saben amar.