Hoy que no estás frente a mí,
comprendo que te quiero
mucho más de lo que imaginaba.
Creí tener todo el poder
para gobernar mis sentimientos
pero me equivoqué.
El corazón no acepta órdenes.
Descubro que quererte
significa más que alegría,
amar a veces duele.
Sabes, estos días que has estado ausente,
he sentido la enorme necesidad de verte,
hablarte y decirte que te quiero mucho.
He deseado que estemos juntos,
tomo el teléfono,
imagino que marco tu número,
que platicamos mil horas
de cosas bonitas
y cuando vuelvo a la realidad
tengo un nudo en la garganta
y en mis ojos tu imagen empañada.
Quiero decirte que te amo,
que me haces mucha falta,
que mis días se hacen largos y tristes
porque tú no estás.
Quizás porque han sido pocas
las veces que hemos estado juntos
recuerdo todos los detalles.
Tus promesas,
la tibieza de tus manos en las mías,
tu piel erizada al hablarte al oido
y el ligero temblor
de tu cuerpo pegado al mío.
¿Qué puedo hacer para verte de nuevo?
Mi corazón está desesperado.
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